sábado, 11 de septiembre de 2010

Placer


Gemía de placer..., placer infiel..., inventado..., inexplorado..., acalorado... En sus glúteos se derramaron mis manos, y esculpida su figura, en la desnudez de los besos prohibidos, reinventamos las caricias de un amor tardío en el tiempo.


Mas allá de su mirada, en llamas, desvestida el alma se expande sin aliento deseosa de rozar el cielo, empapada, entre lágrimas muertas nos bautiza luego el sudor de la piel, que frío como el río que viaja hacía el mar, despierta en el perverso dolor de pisar el suelo...


Y después, alojamos el cuerpo en el recuerdo, en la desvirgada cabellera que abriga el universo interno, y caliente el corazón riega de ilusiones otro encuentro...

1 comentario:

Longinus dijo...

Elegancia sensual como pocas veces he leído antes.