Honesto

Desvié a mi orgullo envenenado entre palabras sin sentido y entre llantos reprimidos, de piedra se quedó mi corazón.

En el olvido se perdió mi alma y allí atrapado entre amor y odio la encontré...

¡Maldición de ser que habita en este mísero cuerpo sin razón! Cielo cubierto de oscura realidad, luz que habita en mis pensamientos, llena mis brazos de fuerza para llevarte al sosiego que retorcido bajo la ira se escurre entre mis manos...

Súbitamente se colmaron mis entrañas percibiendo la esencia que honesta vive en mi recóndito ser. Hoy en mis plegarias se anuncia la verdad que tan noble como el perro que muere pegado a su amo llena mi corazón de gozo, satisfecho me quedo atravesando la falsa certidumbre en la que ayer se regozaban tus ojos viendo la vida pasar...