domingo, 25 de mayo de 2008

El Tabaco...



Hace unos 3 años me despedí de mi gran aliado y socio el cigarrillo, aquel que en tantos momentos fue capaz de darme su ayuda para sentir que la angustia y el estrés a su lado me harían mas fuerte, sentir su sabor y expulsar relajadamente su denso aroma era lo que más llenaba mi gran adicción a esta droga tan tonta y nada económica.
Todo empezó en la adolescencia, lo típico, el niño que quiere ser adulto, que se revela contra la naturaleza e intenta demostrar que el también puede ser idiota, sin darte cuenta te has convertido en un borrego más, piensas que el cigarrillo entre tus dedos te hace un tanto más interesante y que nadie te verá vulnerable si te ve fumando.
Así sin más cuando crees que tu no estas enganchado es cuando descubres la gran adicción que tienes a esta cosa que mide unos 10 cm., aun así tampoco te impacta por que es lo que hace la mayor parte de esta sociedad, así que tampoco será tan malo.
Tengo que decir que llegó un momento en el que ya empecé a sentirme mal, quiero decir a que mi conciencia ya afectó a mis ganas por desprenderme de él, lo conseguí por un año y en un momento inesperado volvió a caer en mis manos y ya era demasiado tarde para frenar el ansia con la que inhalé su veneno.
Pero un día como hoy, hace 3 años me di cuenta de lo mucho que fumaba y me acojoné, visualicé mi vida en un futuro no muy lejano y afronté lo difícil que sería dejarlo, decidí que había llegado el momento de dejarle de una vez por todas y para siempre. Las ganas por conseguirlo, día a día me hacían creer en mí, en la seguridad de no caer, de cambiar ese habito que ignorando su finalidad en los resultados que garantizan que no es lo mejor para la salud. Asumiendo que ha sido el asesino de muertes que se dejaron vencer por su poder, de infartos causados por su cantidad de químicos que obstruyen las venas que llenas de sangre fluyen a tu precioso y olvidado corazón.
Hoy puedo decir que me siento orgulloso de haber tomado esa decisión, de no haber vuelto a caer en manos de ese ladrón de vidas, y esta lucha continuará en mi mente para que jamás pueda entrar en ella.

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