jueves, 1 de octubre de 2009

El tren de los sueños (capítulo 10)

Me levanté del suelo y le dí un fuerte abrazo a mi perro, le dí un beso y mirándole dije:

-Jacky te quiero, pero sé que esto no es real, tu no estás aquí...

En ese instante una luz iluminó todo aquel vagón en el que me encontraba y mi perro se esfumó en la oscuridad...Me levanté del suelo y la gente que iba sentada en el metro me miraban, un hombre hizo el gesto de levantarse para ayudarme, pero le di las gracias y me incorporé solo hasta ponerme en pie, pero un bajón de tensión me acompañó a caer nuevamente al suelo.




Abrí los ojos y aparecí en la cama de mi habitación...era de noche, tenía la sensación de haber pasado meses durmiendo, me quedé sentado en la cama y reflexioné pensando en todo lo que pesaba en mi cabeza, todo ese ruido que asomaba detrás de mis pensamientos. Sueños que me han perseguido, un tren que nunca llegaba a su destino...Me dirigí al baño y delante del espejo me miré, comprendí que todo era tan surrealista como verse más allá de una imagen que proyecta tu mente. Frente a mi otro yo que encerrado en mi reflejo me observaba, me escuché y en silencio por fin entendí que los sueños eran un pasaje más en el camino, la búsqueda...

Por ello, sin saber bien por qué, atraído por la inercia de la naturaleza, volví a mi cama, cerré los ojos, y busqué ese tren...

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