lunes, 22 de noviembre de 2010

El disfraz


No me quiero encontrar con el disfraz de serpiente liada al cuello nada más poner los pies en el suelo... Por eso, hoy he dejado en el armario la piel a tiras, y he buscado otro disfraz que ponerme.
Una hiena se ríe en mi cara, mientras un conejo asustado se esconde entre chaquetas y un león que parece hambriento... Con sus garras un loro se ha posado en mi hombro de pirata y juntos le hemos robado el tiempo al día.

No tardó la noche en mostrarnos su tesoro en la oscura luz de los cielos, brillando se mantiene de cerca el presente.

De lejos parpadea el ayer a través de mi ventana y el mañana se viste de carnaval en mi cabeza.