sábado, 7 de noviembre de 2009

Dejando que ocurra...

La otra tarde salí de casa dirección al centro, en el camino me acordé que no llevaba mi cartera, volví a casa a por ella, cuando estaba en la puerta, no llevaba las llaves, estaba jodido!

No se encontraba nadie en casa, mi mente se disparó buscando una solución a una velocidad de infarto, pero lo peor de todo es que tampoco llevaba conmigo mi móvil, olvidado en casa también, si ya lo dice mi madre, que un día me olvidaré la cabeza...

Comencé a andar y a hablar conmigo mismo, y me dije, a ver no te pongas nervioso, cuándo no existían los móviles, y la gente despistada como yo se encontraba en esta situación seguro que buscaba mas opciones...es más cuándo la gente no tenía dinero porque lo intercambiaba por otras cosas, (no... ahí ya estaba yendo demasiado atrás en el tiempo...).

Caminando encontré tirada una bici del bicing a una lado de la calle, alguien la dejó ahí como el que deja la basura, la cogí, me subí en ella y comencé a pedalear...

Con el viento golpeando en mi cara y el frió que se adueñaba de mi cuerpo a medida que aceleraba adelantando a los coches por la carretera, llegué al destino en el que había quedado con una amiga, con 20 minutos de retraso, pero cuándo llegué y le expliqué lo que me había pasado lo entendió.

Aparqué la bici encontrada en la estación de bicing y me fui con mi amiga hablando de lo fácil que resulta ponerse nervioso en una situación así y lo difícil que es dejar que las cosas ocurran, ahí fue lo que yo hice, dejar que las cosas ocurrieran...

Después de tomar una taza de té y entrar en calor, me di cuenta que todo cuanto importa se encuentra en el interior, en la calma, observando y teniendo conciencia de uno mismo la vida tiene sentido.

2 comentarios:

Longinus dijo...

Simplemente, ese dia no necesitabas nada de eso (pero vaya cabeza la tuya nene...)

A.C. dijo...

Me encantó pensar en observar, ser consciente y dejar que ocurra. Je Saludos