La Felicidad es un sentimiento que da mas vueltas que la montaña rusa, no puedes conocer la felicidad si nunca conociste la tristeza. Unidas pero separadas nos enseña a sentir la diferencia en nuestra piel.
Instantes que se graban en nuestro corazón y renacen de nuestros recuerdos para aliviar el dolor a sentirse desolado.
Una batalla interna capaz de reflejar una sonrisa llena de vida o una mirada perdida que entre lágrimas se hunde pidiendo auxilio.
Añoramos la felicidad la mayor parte de nuestra vida, soñamos con ella, o también vivimos con ella. Inconformistas por naturaleza nos deshacemos de ella con ayuda de una avaricia que se aburre buscando la manera de robarnos esa joya que da brillo en nuestra aura.
Lo mas bello es que la felicidad no tiene precio, si eres capaz de hacer feliz a alguien sin gastar mas que tu alma para dar lo mas tierno que hay en ti, recibes su poder de manera recíproca.
No existe la felicidad permanente, tampoco tendría tanta fuerza si no se alejara de nuestra vida en alguna ocasión, ello hace que venga con mas amor y devoción la próxima vez que decida ser ocupa de nuestro corazón.
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